En la era moderna, los niños y adolescentes pasan una cantidad considerable de tiempo siendo sedentarios en las aulas, en casa o frente a las pantallas, lo que se ha convertido en una preocupación creciente entre padres, educadores y profesionales de la salud. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños y adolescentes pasan más del 80 % del día sentados o inactivos, lo que puede generar diversos problemas de salud, como obesidad, enfermedades cardiovasculares y problemas de salud mental.
Sin embargo, los impactos negativos del comportamiento sedentario se extienden más allá de la salud física, con estudios que muestran que estar sentado por mucho tiempo puede afectar la función cognitiva, el rendimiento académico y el bienestar mental. El concepto de movimiento durante el aprendizaje puede abordar este problema de manera positiva y efectiva al incorporar el movimiento en el aula y en el hogar, permitiendo que los niños y adolescentes disfruten de numerosos beneficios que pueden mejorar su éxito académico y su salud en general.
Las investigaciones indican que el movimiento puede mejorar significativamente el rendimiento académico, la función cognitiva y el bienestar general en niños y adolescentes. Participar en actividad física durante el aprendizaje puede mejorar la retención de la memoria, ya que aumenta el flujo de sangre al cerebro. Un estudio realizado por la Asociación Estadounidense de Psicología descubrió que los estudiantes que caminaban mientras estudiaban o durante una conferencia tenían más probabilidades de recordar información que los que permanecían sentados.
Además, se ha descubierto que el movimiento mejora la creatividad y las habilidades para resolver problemas, ya que aumenta la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar en respuesta a nuevas experiencias. El movimiento también puede mejorar el enfoque y la capacidad de atención, ya que desencadena la liberación de neurotransmisores como la dopamina que pueden mejorar el estado de ánimo y la atención.
Aparte de los beneficios cognitivos, el movimiento durante el aprendizaje tiene importantes beneficios físicos para niños y adolescentes.
Participar en actividad física durante el aprendizaje puede mejorar la salud cardiovascular, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas y otras complicaciones de salud. El movimiento regular durante el aprendizaje también puede ayudar a prevenir la obesidad y mantener un peso saludable. El movimiento también puede mejorar la salud musculoesquelética, reducir el riesgo de lesiones musculoesqueléticas y mejorar la postura.
Se pueden utilizar varias estrategias para incorporar el movimiento en el entorno de aprendizaje de manera efectiva. Los descansos para el cerebro se pueden incorporar a lo largo del día, lo que permite a los estudiantes moverse y estirarse entre lecciones o actividades. También se pueden usar estrategias de aprendizaje activo, como incorporar movimiento en una lección, y se pueden usar actividades de aprendizaje basadas en movimiento como yoga o danza para enseñar contenido académico de una manera que incorpore actividad física.
El movimiento durante el aprendizaje también tiene beneficios sociales. Por ejemplo, puede mejorar la capacidad de los estudiantes para colaborar y trabajar como parte de un equipo, que es una habilidad crucial en el mundo real. Las actividades de movimiento también pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades de comunicación y liderazgo. La actividad física regular durante el aprendizaje puede reducir la probabilidad de comportamiento disruptivo en clase y hacer que los estudiantes estén más atentos y comprometidos.
En conclusión, la incorporación del movimiento en el entorno de aprendizaje puede proporcionar un enfoque más holístico de la educación que priorice tanto la salud cognitiva como la física. Al adoptar varias estrategias y actividades que incorporan movimiento, los niños y adolescentes pueden disfrutar de numerosos beneficios, que incluyen un mejor rendimiento académico, función cognitiva, salud física y habilidades sociales.